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Según el orden de degustación que mandan los cánones cuando nos sentamos a una mesa, en primer lugar deben catarse los vinos blancos, después los rosados y después los tintos. De estos últimos, primero los jóvenes y después los que tengan crianza en madera.
Partimos de esta base porque normalmente los vinos blancos tienen menos cuerpo y estructura que los tintos y si se empieza el menú acompañado por estos últimos, nuestro paladar no apreciará después las sutilezas de los rosados o blancos.
A continuación os sugerimos algunos alimentos para acompañar con una copa de vino:
Con un blanco o un joven con poca barrica como Pagos de Negredo Roble 2012 se puede acompañar entrantes como ahumados, embutidos o patés.
Un rosado marida a la perfección con arroces, ensaladillas rusas y gazpachos.
Los asados de carne, platos guisados y quesos curados combinan bien con cualquier vino tinto que haya tenido algunos meses de crianza en madera como Pagos de Negredo Crianza 2010.
Y los postres que llevan chocolate pueden ser emparejados con un moscatel, o un Oporto, ambos dulces.
De todas formas y aunque esta es la teoría que aconsejan los expertos y profesionales del vino, la mejor opción es ir probando y quedarnos con lo que más nos guste.
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