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A lo largo de la historia, son muchos los estudios que otorgan al vino grandes beneficios para la salud. Y es que en los últimos años se ha impuesto el llevar una vida sana y los alimentos saludables.
Según las dietas facilitadas por la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición, el vino tinto constituye una importante fuente de polifenoles antioxidantes que repercuten positivamente en nuestra salud, no sólo como factores antienvejecimiento sino también como reductores de los marcadores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por tanto, lo expertos han llegado a la conclusión de que las personas que consumen vino de forma moderada, reducen hasta en un 40% las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Además, el consumo moderado de vino nos aporta equilibrio a través de minerales y oligoelementos vitales para el organismo y disminuye las posibles reacciones alérgicas gracias a la acción antibacteriana y a su efecto antihistamínico.
