Armonías de los vinos con la cocina palentina y otras cocinas…
Pagos de Negredo. Crianza 2004. Armónico matrimonio el formado por la potente expresión varietal del tempranillo (frutos negros, especias, roble, piedra, hojarasca...), con los platos tradicionales de la cocina regional. Sopas de horno tostadas, potajes de legumbres, estofados de caza, guisotes de carne, asados de lechazos churros, cuyas madres incluso pudieron pastar junto al viñedo…
Menestras de verduras rebozadas y pescados de carne dura salseados, se acomodan y maridan con Pagos de Negredo Crianza de forma insuperable. Y quesos de oveja con crianza, duros, intensos, sabrosos… son un contrapunto espléndido que se amoldan al vino de forma única.
Pagos de Negredo. Joven Roble 2006. Los taninos tostados, la madera noble del Joven Roble, consigue un perfecto equilibrio con quesos cremosos de pastas blandas pero sabrosas. Su carácter tánico forma una sociedad única con embutidos diversos y chacinas curadas. Y no hay mejor sociedad, ante platos intensos y vibrantes como: arroces de invierno, parrillas ligeras, pastas italianas, panachés de verduras y elaboraciones con salsas de mantequilla o aceite.
Su intensidad y mineralidad consigue un perfecto equilibrio con huevos, carnes blancas, volatería y “guisillos” ligeros de la cocina tradicional. |